Los salmos son una bendición, no es de extrañarse que el primer salmo comience precisamente con una bienaventuranza. Una de las razones por las que los salmos son tan provechosos para la vida devocional, es por que entre líneas podemos ver la sombra de Jesús en muchos de ellos, y ver a Jesús siempre nos hará bienaventurados.
Si tienes una Biblia a mano puedes leer los versos 1 al 3 del salmo 1. Al ilustrar a la persona bienaventurada, el salmista nos enseña dónde no anda, qué es lo que sí medita y lo que produce. Dicho en otras palabras, el bienaventurado anda en el camino correcto, cree la verdad y como resultado de la vida abundante que posee da fruto. ¿Puedes ver entre líneas? “camino, vida y verdad”; la manera de ser bienaventurados es una persona más que un método: Jesucristo, de quien separados nada podemos hacer.
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